Indicadores propios como forma de mejora.

Todos aquellos que nos dedicamos al trading hemos empezado en el análisis técnico utilizando los indicadores estándar disponibles en las diferentes plataformas. Estocástico, RSI, Williams, CCI, MFI, Bulls&Bears, Momentum, MACD, Medias Móviles, DeMarker, Bandas de Bollinger y otros más. En mi caso, durante los primeros meses de formación, parecía algo mágico ver cómo estos indicadores marcaban los movimientos del precio, haciendo parecer sencillo el operar en mercados como FOREX. Los seminarios y análisis publicados hacían un uso intensivo de estos indicadores, encontrando siempre con alguno de ellos una explicación «obvia» para los movimientos de precio estudiados. Quizá lo difícil era saber cuál escoger, pensaba yo, ya que me enseñaban que unos eran para ser usados en rangos y otros en tendencias. Claro, parecía evidente esta división de escenarios. En cualquier libro se da por supuesta esta división, y que los indicadores que funcionan bien en rangos, no lo hacen en tendencias, y lo contrario. Otro aspecto que llama la atención al aprendiz de trader es el hecho de que todo sea fácilmente explicable con indicadores, pero que ya no sea tan fácil anticipar lo que está por venir, es decir, lo necesario para operar con éxito y obtener beneficios. La conclusión que generalmente se obtiene es que hace falta mucha experiencia para saber elegir el indicador adecuado para cada ocasión. Algo tan comúnmente aceptado se convierte en dogma de fe, con lo que el aprendiz se lanza a leer acerca de cómo saber distinguir bien entre las diferentes situaciones de mercado. Es lógico, si se sabe detectar el cambio entre tendencial y lateral, se sabe escoger el indicador y, por tanto, el éxito está asegurado. Pero no, algo sucede que hace que las cosas no sean tan sencillas. Se prueban cientos de combinaciones de parámetros, indicadores actuando en equipo, que si mejor en este activo o en aquel otro. Pero no, no hay solución al problema. Hacemos de todo menos una cosa: cuestionar la lógica de los indicadores. ¿Por qué suponer que todos estos indicadores están bien diseñados? En realidad el aprendiz ni siquiera se ha planteado analizar la fórmula estadística que usa cada indicador. Simplemente ha seguido las instrucciones de libros o personas que enseñan cómo «deben» usarse.

En psicomFX llevamos más de cinco años investigando cómo crear mejores indicadores que resuelvan los problemas de los ya existentes. Labor nada sencilla, pero posible, con mucha constancia y dedicación. Es un trabajo que nunca termina. La clave es obtener pequeñas mejoras a lo largo del tiempo, siendo la suma de todas ellas una mejora global importante. Varias docenas de indicadores han visto la luz en psicomFX, pero sólo unos pocos permanecen como buenos productos, capaces de funcionar bien en una mayoría de situaciones, diferenciándose claramente de la «competencia estándar». No es necesario decir la enorme satisfacción que produce ver un indicador propio comportarse netamente mejor que un clásico como el RSI.

Mi opinión acerca del problema común de todos los indicadores estándar es su falta de flexibilidad. Esto hace que, por definición, sólo funcionen bien en escenarios diferenciados, como son las tendencias y los rangos. O que sean vulnerables a los cambios de volatilidad a lo largo del día o entre activos distintos. Leemos y escuchamos frases del estilo «es que es un oscilador, por tanto es bueno para rangos laterales», y se queda tan tranquilo el eminente ponente. A esto habría que contestar que un oscilador oscila, por eso se llama así. Oscila entre dos extremos de una escala numérica, a veces absoluta y a veces relativa. Eso nada tiene que ver con que sea más apto para un tramo tendencial o para uno de rango lateral. El aprendiz acepta con resignación que ha sido un incauto por no haber sabido identificar el tramo como tendencial y haber usado erróneamente un cci, rsi o cualquier otro oscilador, en lugar del macd. Todos hemos pasado por ahí, me temo. Como mencionaba antes, el problema real no es el aprendiz, es la rigidez de los diferentes indicadores.

Teniendo claro dónde estaba el problema, en psicomFX nos pusimos manos a la obra, sin saber por dónde empezar. Lo primero que hicimos fue destripar todos los indicadores estándar. Estudiar en detalle su concepción y comprender la lógica que llevó a sus creadores a elaborar esas fórmulas. A partir de ahí, la complejidad de un largo proceso de I+D. Prueba y error. Largos periodos de desarrollo cuyos resultados, en bastantes ocasiones, eran descartados en pocas horas. Poco a poco fuimos creando mejoras como el TACC, indicador que nos dio muchas satisfacciones pero que adolecía de un retardo importante. Esto era vital en momentos de brusquedad en el mercado y TACC daba señales buenas pero con excesiva imprecisión en el tiempo. Los programas basados en TACC sucumbían ante cambios rápidos del mercado. Otros siguieron al TACC, como el TAI, motor de las versiones 202 de 2010. Espectacular ver cómo el TAI marcaba las roturas de precio dando una verdadera escala de la «potencia» de la rotura. Igualmente, el retardo era excesivo, sucumbiendo las estrategias a los cambios del mercado en febrero de ese año. Siguieron el ACCP, GAR, PXF, RangeDay, PVR, JMA-TAI y otros que ni siquiera tuvieron nombre. Además variantes de indicadores estándar, como el macd, del que hicimos hasta siete variaciones. En 2011 hizo su aparición el que iba a ser la columna vertebral de varias familias de programas, el PRP, hasta la actualidad. La familia 400 fue diseñada usando el PRP como base de la estrategia. En 2012 creamos la primera versión del PCL, sin duda el mejor indicador de «momentum» que hemos diseñado. Hemos hecho muchas versiones del PCL, hasta llegar a la actual 2g. Forma un equipo excelente junto con la reciente versión del PRP, la 3. Juntos dan lugar a la nueva familia 700, gran avance sobre todo lo anterior. Veamos un ejemplo de las diferencias entre unos y otros indicadores sobre un gráfico:

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Podemos ver fácilmente que PCL y PRP combinados dan una visión mucho más acertada de lo que sucede en el gráfico, sin importar si estamos en los tramos laterales o en los tendenciales. RSI, el menos malo de los estándar, marca bien los picos, pero muy mal otros falsos picos, siendo esta la causa de no poder hacer un sistema consistente basado en RSI. Escandalosas las señales de otros estándar como CCI, MFI, Momentum, muy poco aconsejables si lo que buscamos es la flexibilidad. Tanto PCL como PRP son muy rápidos, sin retardo alguno, lo que hace de ellos armas poderosas para elaborar estrategias sólidas.

La investigación y el desarrollo no sólo puede ser en el campo de los indicadores y estrategias. El tratamiento de gráficos también es un campo muy interesante. En nuestro caso, hemos hecho avances sobre los gráficos de «Point & Figure», que a su vez han generado una serie de indicadores que traducen información de los gráficos a números que un programa pueda entender.

La conclusión está clara. El desarrollo de indicadores propios es algo necesario para madurar en el complejo mundo del trading financiero. Al margen de tener ventajas evidentes por el hecho de ser indicadores más precisos que los estándar, la I+D propia aporta un medio para profundizar en los conceptos del trading de mercados. Animo a otros traders a elaborar sus propios indicadores y a mejorar en su comprensión del trading.

¡Feliz trading!